Originario de Jalisco, México, el tequila es mucho más que una simple bebida alcohólica; es una destilación de tradición e historia.
En este artículo, exploraremos los diferentes tipos de tequila que existen, desde los refrescantes tequilas blancos hasta los complejos tequilas extra añejos.
1. Tequila Blanco: El Lienzo Fresco del Agave
También conocido como “Silver” o “Plata”. Este tequila se destaca por su pureza y autenticidad. No pasa tiempo en barricas de roble, lo que le permite conservar la esencia cruda y fresca del agave azul. Aportando la energía del agave en cada sorbo.
2. Tequila Reposado: Explorando el Matiz
Con su breve período de envejecimiento de dos a doce meses adquiere un tono dorado, este tipo de tequila comienza a abrazar las notas de vainilla y caramelo provenientes de las barricas de roble. Aún fresco pero con un toque suavizado.
3. Tequila Añejo: Un Viaje en el Tiempo
Este destilado pasa de uno a tres años en barricas de roble, adquiriendo un color ámbar, notas de madera, especias y frutas secas, invitándonos a saborear cada matiz de su proceso de maduración.
4. Tequila Extra Añejo: La Culminación del Arte Tequilero
Madurado por más de tres años en barricas de roble. Con un color profundo y oscuro, sus sabores son exquisitamente suaves y complejos. Si eres un amante del whisky o el coñac, el tequila extra añejo podría ser tu elección perfecta.
5. Tequila Cristalino: La Sorpresa Transparente
¿Qué pasa si combinas la complejidad del añejo con la claridad del blanco? Obtienes el tequila cristalino. Este destilado añejo o extra añejo se somete a un proceso de filtración que elimina el color, pero conserva el sabor y el carácter de su envejecimiento.
Recuerda que no solo estás degustando una bebida, sino también explorando la rica historia y el arte de la destilación mexicana. Cada tipo de tequila tiene su propia historia que contar. ¡Salud!